viernes, 5 de mayo de 2006

Rosas rojas (2005, Ol Parker)

Publicada en Cine para leer. Enero-Junio 2006, Ed. Mensajero, Bilbao.


Historia de amor a primera vista entre una lesbiana florista (Luce) y una recién casada (Rachel). Para dotar a la historia de romanticismo del trágico, el flechazo se produce cuando la novia está recorriendo el camino hacia el altar. Más cine para consumo de adolescentes, que además tiene la desgracia de carecer de originalidad y ser bastante previsible. Sin ánimo de estropear el final a nadie, acaban juntas.


Me pregunto cómo se ha podido hacer una película tan mala, cómo se ha producido la confluencia de astros necesaria para que seis productoras, tres Estados europeos y más de cien profesionales de la industria cinematográfica, se unan para traducir en imágenes esta historia para espíritus débiles. Imagino que son tiempos difíciles en los que, saturados de sexo, y con los estómagos y las neuronas embrutecidos, surgen productos para adormecer a los jóvenes, que sigan creyendo en el amor mientras se comen un Whopper y se meten mano. Aparte del interés económico en hacer este tipo de películas, de las que entretengan y no hagan pensar mucho, permanece intacta la responsabilidad del artista de educar los espíritus. En Imagine Me & You, su director y guionista, Ol Parker, ha atendido exclusivamente a la otra responsabilidad, la de llevar dinero a casa, que en el oficio del creador artístico, a veces genera un conflicto moral de difícil resolución.

Entre los actores que han colaborado en esta comedia romántica, figuran la protagonista del Bar Coyote (2000) Piper Perabo, que interpreta a su personaje sin gracia, y el gentleman de Match Point (2005) Matthew Goode, que está todo lo bien que puede estar, al igual que Lena Headey, que resuelve bien su papel.

Eso no quita que sea una mala película, con diálogos poco trabajados, y tramas y subtramas resueltas con una obviedad previsible, tanto a nivel de guión como de puesta en escena. Pero como no hay libro malo que no tenga algo bueno, en Imagine Me & You encontramos alguna secuencia divertida (el encuentro en el parque, nocturno e inesperado, con una pareja de gays en faena similar a la de Rachel y su marido), muy bien resuelta (que acaban presentándose como si de una recepción ante la Reina se tratara). Y ninguna más: el resto se dirime entre la falta de brillantez y el abuso de los clichés, tan habituales en el género de hoy, como insertar canción romántica para re-subrayar lo romántico de la secuencia, resolver el final haciendo un guiño al durante, o hacer un alegato en favor del colectivo homosexual.

En definitiva, que los problemas crecen, y cada vez más.

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